Los propietarios de chimeneas y en general de superficies de ladrillo se quejan de lo molesto que resulta
eliminar los restos de hollín y suciedad que se acumulan con el uso. En el caso de instalaciones antiguas, la cosa se vuelve aún más complicada. Por ello, en la entrada de hoy os vamos a mostrar
una serie de consejos que esperamos os sirvan para solucionar estos problemas de una manera fácil y cómoda.
Las peculiaridades del ladrillo
Las superficies de ladrillo
son unas de las más difíciles de limpiar debido a su carácter poroso y rugoso, que permite a la suciedad incrustarse entre las juntas. Llegar a ellas para eliminarlas puede ser una ardua tarea en algunos casos. Y por otra parte, hay que añadir que el propio hollín asociado a las chimeneas es de esas manchas particularmente resistentes y que se quedan pegadas por completo.
El mejor producto para eliminar la suciedad de los ladrillos
Para quitar las manchas de los ladrillos podemos usar productos específicos que se encuentran fácilmente en el mercado. Se basan en una pasta cremosa que se extiende sobre la superficie y que se dejan actuar durante algunos minutos antes de proceder a la
limpieza.
Para aquellos que les gustan crear sus propios productos naturales, podemos probar a hacerlo en casa. Para ello vamos a necesitar una base de jabón en polvo de lavavajillas y sal al 50%, a la que añadiremos lentamente agua hasta lograr esa textura pastosa que antes comentábamos para facilitar su aplicación.
Eliminando las manchas de los ladrillos
¡Manos a la obra! Tras dejar actuar durante unos minutos el producto contra la suciedad y el hollín, usaremos un cepillo de cerdas de alambre para frotar la superficie. Una vez hecho esto esperamos al menos una hora para que se seque por completo y a continuación volvemos a pasar el cepillo. Es importante que el movimiento de la mano sea de arriba hacia abajo, para que así los restos de suciedad caigan directamente al suelo.
Una vez que has acabado de frotar llega el momento de realizar el aclarado y para ello tan solo hay que usar agua limpia, tanta como sea necesaria. Y por último hay que secarlo todo con la ayuda de un trapo que posea un tejido que no suelte pelusas. Recuerda que para que tu superficie de ladrillo o chimenea luzca siempre perfecta debes realizar un mantenimiento periódico de la misma.
Manchas imposibles
A continuación vamos a ver algunas alternativas que puedes usar contra las manchas particularmente fuertes de hollín. Recuerda que en los casos especialmente rebeldes puede que sea necesaria la ayuda de un profesional de la limpieza o incluso pintar la superficie como medida drástica.
Existen cartuchos anti hollín que son excelentes para prevenir la aparición de este tipo de manchas tan habituales en las chimeneas. Se colocan cómodamente y hay que cambiarlos periódicamente para garantizar su efectividad. También podemos usar productos caseros como la lejía o la sosa caustica, siempre con cuidado a la hora de manejarlos y teniendo en cuenta que pueden dañar la superficie de ladrillo.
Así que ya sabéis, probad si os funciona y si tenéis problemas, siempre podréis llamarnos ;)